Con la serie Griselda como disparador, el libro "La Patrona de Pablo Escobar" reveló la venganza hacia sus cuatro socios que la traicionaron. Bastante brava a mi criterio.
Foto Gridselda Blanco-Pablo Escobar
Así lo explicó:
"Era una casa-finca hermosa. Griselda tenía varias casas, unas veces dormía aquí, otras allá. Esa fue una rumba impresionante, con orquesta y todo", son palabras del Mono.
Pero a media noche, cuando la fiesta alcanzaba toda su convulsión, la Tía pidió a uno de sus escoltas que matara a cuatro muchachos de los que sospechaba que la estaban traicionando. "Les dispararon, recogieron los cuerpos, los montaron en una camioneta y se los llevaron para un botadero de basura" continúa
A pesar de esto, la fiesta siguió. No era una escena de El Padrino, no era Don Vito Corleone el que hablaba y sentenciaba diciendo "Aquí no ha pasado nada". Era la Madrina paisa. No era una puesta en escenas en la que los trabajadores trapean la sangre, los meseros volvían a servir copas, los músicos tronaban de nuevo sus instrumentos, los caballeros volvían a la pista a tirar paso con las damas. Era la fiesta de la Tía que, sin más ni más, se habían vuelto a prender. "
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