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Andres Alarcia

Vuelos comerciales y barcos, la estrategia de Griselda Blanco que marcó al narcotráfico

Con la serie Griselda como disparador, en el libro "La Patrona de Pablo Escobar" explican cómo utilizaban vuelos comerciales y barcos para ingresar el producto a Miami como Nueva York.

Foto Griselda Blanco y Pablo Escobar


Así lo narran:

"En los primeros años del contrabando de coca, los vuelos comerciales no tenían controles. La coca era llevada tanto por mulas como en bodegas de las aeronaves.

En un articulo publicado en la revista Cuadernos de Economía, el profesor Eduardo Sáenz Rovner, tal vez la persona que con más minuciosidad ha estudiado la prehistoria del narcarcotráfico en Colombia, recuerda que un reporte confidencial del Consulado de Medellín, del año 1970, alertaba que un avión de SAM, que cubría la ruta Medellín-Barranquilla-Miami llevaba adentro grandes cantidades de drogas puras. "Vuelos de compañías de carga como Aerocosta y la Compañía Internacional Aera Ciasa, de Barranquilla, fueron sorprendidos con cargamentos de cocaína en 1972 y 1973, respectivamente. Los dueños del cargamento decomisado en el avión de Ciasa residían en Bogotá, Itagui y Santa Marta"


ante el boom de la cocaína y Griselda, con algo de suerte, ya se había alejado de sus competidores a zancadas.


"Ella tenia todo comprado alrededor del aeropuerto. No creas que dejaba diez o viente kilos. Dejaba dos o tres.


Un policial lo recogía en la malla y se lo entregaba al piloto.

El noventa por ciento de esa droga terminaba en Nueva York y Miami. Griselda no tenia que mover un dedo, solo recibir los dolares", dice el Escritor.


Pero no solamente fueron aviones comerciales y privados los que les sirvieron a Escobar y a Griselda para llenar de coca Miami y a Nueva York. Cualquier medio servia y la Madrina comenzó a incursionar con barcos. Y no con cualquier barco.


El buque ARC Gloria de la Armada Nacional fue invitado por el Gobierno de Estados Unidos a unirse a las celebraciones del bicentenario de esa nación. Se trataba del evento más factuoso de la década. La idea era que una flota de barcos, de distintas nacionalidades, arribara a Nueva York el 4 de Julio de 1976. La mismísima reina Isabel y el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, debían desembarcar del Yate Real Britannia para sumarse a las festividades junto al presidente Gerald Ford.


El ARC Gloria partió de Cartagena con once oficiales, setenta cadetes y treinta y tres marines. Sin embargo, antes de que llegase a Miami, comenzó a correr el rumor, entre las agencias de inteligencia de Estados Unidos, de que el Gloria estaba cargado, además de patriotismo, de coca.



Solo años después, para la década del noventa, y a través de archivos de la DEA, Smitten logró reconstruir apartes de lo que fue el plan para introducir la coca en el buque.


"Se retiraron los revestimientos interiores del Gloria, se rellenó el espacio vacío con centenares de kilos y luego se volvieron a colocar. Se desmanteló la galera y se colocó cocaína en todos los espacios disponibles. Cuando finalizó, Griselda admiró la obra. Había coca por cuarenta millones de dólares en el buque Gloria y los compradores aguardaban en Estados Unidos con el dinero en la mano


Poco se hizo con la información. En Miami se confiscaron 200 kilos y en Boston se decomisaron un millón 7000 mil dólares en efectivo."


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