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Cómo fue el atentado a Luis Carlos Galán en 1989

  • Andres Alarcia
  • 3 sept 2022
  • 2 Min. de lectura

A raíz del ¿atentado? que sufrió Cristina Fernández de Kirchner en su casa, volvemos a poner en la mesa, el magnicidio que terminó con la vida del candidato a Presidente Luis Carlos Galán según el libro La Parabola de Pablo de Alonso Salazar J.

Foto Luis Carlos Galán, Colombia


En la página 244 se explica en detalle cómo fue el atentado a Luis Carlos Galán:

"Soacha, sur de Bogotá, en medio de una manifestación masiva, de altoparlantes con consignas, Galán se mueve entre escoltas y seguidores. Sube a la tarima. Galán inicia su discurso. Lo que sigue queda grabado en una cámara y ha re sido repetido una y mil veces: Galán, vibrante en su oratoria, cuando tiene sus manos arriba recibe la descarga de una Ingram 380. En medio de las ráfagas, la imagen se sacude pero el camarografo, con un arrojo inesperado sigue grabando. La multitud en pánico, al mismo tiempo, corre en estampida y se arroja al piso...Galán cae.


Antes de salir para la manifestación de Soacha, el señor Torregrosa, su jefe de seguridad, le asegura a Galán que la seguridad de la plaza está garantizada. Que las personas de adelante que iban a tener pancartas eran del DAS y habría doscientos policías cuidando.


Gloria, su hermana, mira el chaleco antibalas. Tiene en la parte inferior una especie de pellizco minúsculo formado por el proyectil cuando Galán agitaba sus brazos en su gesto característico. "Si hubiera tenido las manos abajo ese proyectil, el de la herida mortal, en la aorta abdominal,quizás no hubiera entrado" piensa ella.


Foto Pablo Escobar, Colombia


Pablo se encontraba en Aguasfrias, en las montañas al occidente de Medellin. Miró los informes de la televisión. Sabia que la arremetida seria dura, pero el hecho de que muchas personas influyentes estuvieran involucradas en el magnicidio lo tranquilizaba.


En la convención de un sector del partido liberal en Antioquia y en muchos directorios del país se celebraba socarronamente esa muerte.


Al día siguiente del magnicidio, el Gobierno había allanado 920 propiedades, decomisado 744 armas, retenido 1.128 vehículos, 106 aviones y 19 helicópteros.

 
 
 

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