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Andres Alarcia

Lituania, la selección olímpica de básquet que se financió sola para Barcelona 1992

En el libro Dream Team, explican cómo fue el financiamiento de los jugadores y la Federación para poder participar de la máxima cita deportiva a nivel mundial.

Foto Lituania Barcelona 1992


Así lo explican:

"En Barcelona hubo otra selección masculina de baloncesto que gozó de una popularidad enorme: Lituania. Era uno de los tres países que llegaba a los Juegos Olímpicos inmersos en circunstancias políticas complicadas, pero eran el único que despertaba una simpatía casi universal.


La lucha y la independencia final de la URSS por parte de Lituania, en cambio eran conceptos que todos podíamos concebir. Además, la selección lituana tenía algo: marketing.


La camiseta estilo hippie de la selección lituana, una obra maestra psicodélica con los colores oficiales del país, verde, rojo y amarillo, y el esqueleto de los Greateful Dad, era la más buscada.


Lituania había declarado su independencia de la URSS el 11 de marzo de 1990, pero las desorbitadas cifras de inflación y par lastraban a la nueva nación, que de hecho estaba dividida internamente, un conflicto que se manifestó en el cisma entre el presidente del Parlamento y primer ministro. En enero de 1991, unidades del ejército soviético entraron a Vilnius, la capital de Lituania, en teoría para sofocar la disidencia interna, pero en la práctica para recuperar el control sobre la pequeña república rebelde.


Para patriotas como Marciulionis, cuyas condiciones para salir de la URSS al principio de su carrera incluían entregar la mitad del salario que le pagaban los Golden State Warriors a diversos organismos rusos, daban igual los motivos. Una Lituania libre e independiente, sin presencia militar soviética, era lo único que importaba. Los lituanos tomaron las calles, algunos provistos de armas primitivas como horquillas y mangos de hacha. Como no podía ser de otra manera, estalló el conflicto, tanques soviéticos irrumpieron las calles y los soldados mataron a trece personas el 13 de enero de 1991, el día que los lituanos recuerdan como su "domingo sangriento"


Marciulionis, ya consolidado en la NBA como jugador de los Golden State Warriors y una de las personalidades más famosas del nuevo país, convenció al gobierno de que formara una selección de baloncesto para tratar de clasificarse para la Olímpiada.


La propuesta fue bien recibida. El problema era que el país estaba en bancarrota.


Marciulionis ya había designado a su buen amigo Donnie Nelson, ojeador de los Warriors, como ayudante en la selección y, al comenzar la temporada de 1991-1992, entrenador y jugador emprendieron la ardua tarea de recaudar fondos en la zona de Bahía de San Francisco. Marciulionis dedicó parte del salario de 1,28 millones de dólares que percibía de los Warriors, pero hacía falta más. Dimos muchas conferencias a cien dólares por cabeza.


Al final recibieron una llamada de parte de un representante de los Grateful Dead, cuyos miembros querían contribuir a la causa de la Lituania independiente.


Al final, Jerry García se sentóc on ellos y se dirigió a Marciulionis: "tío, tú luchas por la libertad, te respetamos por eso y vamos a ayudarte". Si eso es una como una caricatura de Jerry, así es como Nelos lo recuerda.


Los Grateful Dead extendieron un cheque por valor de cinco mil dólares, pero lo más importante fue que cedieron a Lituania los derecho de imagen de una camiseta que habían estampado para un concierto de Boston. Las ventas de la camiseta de Lituania con el esqueleto del grupo de rock en Barcelona sirvieron para financiar toda la estancia de la selección lituana en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996, donde el equipo ganó el bronce, la misma medalla de 1992.


Y, sobre todo, la prenda convirtió a los lituanos en héroes del pueblo, y el mundo del deporte abrazó su épica lucha por la independencia.


Reflexionemos: los Estados Unidos habían recaudado millones de dólares para enviar profesionales millonarios a Barcelona que se hospederían en el hotel Ambassador, donde una habitación costó casi mil dólares la noche. Lituania mandó a un equipo que tuvo que buscar financiación opr su cuenta, como jugadores de un equipo infantil que vendieran números de lotería. "

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