En su libro Lamar Odom, Memorias, el neoyokino relató cómo fue el último pase a su equipo de origen, en lo que quedaba de su carrera en el alto rendimiento.
Foto Lamar Odom Clippers NBA Odom
Así lo contó:
"En Dallas: Al final tuve los promedios más pobres de mi carrera en puntos (6,6), (4,7) rebotes, asistencias (1,7) y porcentaje de tiro (35,2).
El 29 de junio, los Mavericks me enviaron a los Clippers como parte de un traspaso entre cuatro equipos. Por lo menos, el peor capitulo de mi trayectoria en el baloncesto había terminado, aunque mi caída en picada no haría más que pillar velocidad. Estaba a punto de perder el control.
Yo volvía a jugar con los Clippers, el kilómetro cero de mi aventura. Doc Rivers, primer entrenador de los Clippers, me recibió con los brazos abiertos. Siempre me había tratado con amabilidad y cariño.
jugando 82 partidos, a pesar de mi consumo de estupefacientes se dispararía a la misma velocidad que mi debilitamiento físico. Sabia que estaba acabado. Nunca supe si el Doc lo sabia, e hice todo lo posible por ocultar mi dejadez.
El cóctel de popularidad, adicción, decadencia baloncestistica e infidelidad, una combinación potencialmente letal, se me había ido de las manos. Por no hablar de la paranoia, la ansiedad, la depresión, las resacas, el mono y el rechazo."
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