La británica, en su libro Mi Cuerpo, narró con precisión cómo fue lidiar en su entorno con el rechazo y la decepción. Y la única obsesión en su carrera: el dinero.
Foto Emily Ratajkowski
Así narraba Emily Ratajkowski:
"Con los años, había desarrollado una inmunidad necesaria y protectora frente a las frecuentes decepciones y rechazos que implica el modelaje. Me impedía a mi misma emocionarme por sesiones de fotos o posibles trabajos; me daba igual si mi imagen terminaba en una valla publicitaria o en una revista, siempre y cuando me abonara el cheque. No me interesaba la fama ni la notoriedad, solo el dinero, o al menos eso era lo que me decía. En Nueva York, rompí mis propias normas: me permití imaginar el poder, más allá del dinero, que otras mujeres parecían haber obtenido con su éxito. Regresé a Los Ángeles con una nueva actitud, resuelta y decidida: está bien, no iba a ser una supermodelo, pero si iba a ganar todo el dinero que pudiese con las opciones que tenia"
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