La final de Champions Manchester United-Bayern Múnich 1999 según David Beckham

El ex ManU, reveló cómo vivió desde adentro esa final de Champions League, que se definió en el último minuto gracias a un gol de Olé Gunna Solskjaer.

Foto David Beckham Manchester United

Asi lo describió:

"Aunque fue duro, increiblemnte duro. Y, a decir verdad, no fue el mejor de los partidos. El Bayern marcó pronto. Era un equipo fuerte, muy bien organizado, como todos los equipos alemanes. Los conocíamos y ellos nos conocían: habiamos empatado en dos ocasiones anteriores durante aquella temporada. Estaban convencidos de tenerlo todo bajo control, o al menos, ésa era la impresión que daban. Especialmente en la segunda parte parecía más probable que ellos marcaran otro gol que nosotros empatáramos. Peter Schmeichel hizo un par de magnificas paradas y ellos fallaron un par de oportunidades. Sin embargo, aquel período de veinte minutos, en vez de desanimarnos, nos alentó. Lanzaron un tiro que rebotó en el larguero y acabó en las manos de Peter. "Con todas estas oportunidades, ¿cómo es que no han vuelto a marcar? Si seguimos adelante, nunca se sabe, tal vez podamos hacer algo".

De repente-ninguno de nosotros sabía lo cerca que estábamos del final del tiempo reglamentario-,tuvimos una oportunidad. Me abalancé sobre el balón, superé a mi hombre y la jugué hacia la izquierda. Olé había entrado como suplente escasos minutos antes y forzó un saque de esquina. Fui corriendo a sacarlo. Recuerdo que, a pesar de lo grande que es el terreno de juego del Nou Camp, apenas hay espacio para los banderines para sacar los córneres. Vi que Peter se abalanzaba hacia el área del Bayern y traté de tranquilizarme.

"No lo estropees. Tírala y trattta de colocarla en el área de castigo."

La lancé. El ablón rebotó hacia Giggsy, que falló el tiro, y el esférico siguió botando hasta Teddy Sheringham, el otro suplente, que la encajó en la portería. Teddy no estaba fuera de juego por un pelo. Y empatamos uno a uno. El estadio llenó de júblilo. Yo enloquecí, pero sentí ganas de llorar. En ese momento, tuve la sensación de que el cansancio acumulado durante toda la temporada hacia mella en nosotros: estaba destrozado. Alcé la vista y vi a Gary celebrándolo. Estaba feliz, pero no consiguió que sus piernas lo llavaran hacia el resto de jugadores. La gente del banquillo se abalanzó corriendo hacia nosotros. Todas y cada una de las personas en el terreno de juego, todas y cada una de las personas en las gradas debieron pensar lo mismo: "Ya estamos. Prórroga".

Casi de inmediato, sacamos un nuevo córner. Todo sucedía tan rápido que, cuando me acerqué a lanzarlo, vi unos hinchas del Manchester dando brincos y hablando por movil para celebrar el gol de Teddy. Creo que los jugadores del Bayern también intentaban comprender lo que acababa de ocurrir. En un abrir y cerrar de ojos había lanzado el balón, Olé se había hecho con él y habíamos vuelto a marcar. "