En su autobiografía, WILL, el músico y actor estadounidense reveló las diferencias entre dichos conceptos según su propia experiencia. Uno es personal, estrecho mientras que el otro es más amplio, con una visión a largo plazo.
Foto Will Smith
Así narró el actor:
"Aunque el propósito y el deseo puedan parecer similares, en realidad son muy distintos. En ocasiones, son incluso fuerzas opuestas.
El deseo es personal, estrecho y afilado, y tiende a la supervivencia individual, a la gratificación personal y a la obtención de beneficios y de placeres a corto plazo.
El propósito es más amplio, más ancho, una visión a largo plazo que incluye el beneficio para los demás. Algo más allá de nosotros mismos y por lo que estamos dispuestos a luchar. A lo largo de mi vida, ha habido muchos momentos en los que he actuado desde el deseo, pero en los que me he convencido de que lo hacia desde el propósito.
El deseo es lo que queremos. El propósito es el fruto de lo que somos. El deseo tiende a debilitarse con el tiempo, mientras que el propósito se hace más fuerte cuanto más nos alineamos con él. El deseo nos puede dejar vacíos, porque es insaciable, el propósito nos capacita, es un motor más potente. El propósito contextualiza el sufrimiento inevitable en la vida, le da sentido y hace que merezca la pena. Tal y como escribió Viktor Frankl, "el sufrimiento deja de ser sufrimiento cuando encuentra un sentido, como el sacrificio"
Un fin noble engendra emociones positivas. Cuando perseguimos lo que creemos que es un objetivo profundo y valioso, alimenta lo mejor de nosotros y de los demás".
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