En el libro Freddie Mercury, la biografía definitiva, explican la búsqueda de perfección de británico en su trabajo como su vida personal.
Foto Freddie Mercury
Así lo narran:
"Sorprendentemente, de los cuatro miembros de la banda, el menos termodirigido era Freddie. A su entender, él era en primer lugar un músico y un intérprete, y después una estrella del rock. Lo que a él le importaba era pulir las grabaciones hasta que fueran perfectas, deslumbrar cantando a su voz en grito en una actuación tras otra, y ser siempre el mejor, para los fans, y también para sí mismo.
Era muy perfeccionista, confirma Peter Freestone. Podía pasarse horas asegurándose de que no había una forma mejor de construir una canción, ni una melodía mejor para expresar el sentimiento que quería transmitir. Su música, en primer lugar, era para sí mismo.
Lo que buscaba era su propia perfección, no la de los demás. A Freddie no le interesaban las fiestas "imprescindibles" ni los estrenos "importantes". No quería tomarse la molestia de chismorrear. No cortejaba a sus amigos famosos, dejaba que acudieron a él. Si había algo que pudieran disfrutar en común, les dejaba entrar. No le importaba lo más mínimo que le vieran por ahí. Mientras que las estrellas más insustanciales de hoy en día se obsesionan sin parar con mantener su "perfil público" y conseguir titulares de impacto, a Freddie eso le resultaba como mínimo aburrido, y en el peor de los casos la más ordinaria y absurda de las preocupaciones.
Hace falta tener unos nervios de acero para sobrevivir a ese ritmo, comentaba. Cuando uno consigue el éxito, las cosas se ponen verdaderamente difíciles, porque entonces te enteras de verdad de lo que hay detrás de este negocio. Descubres a los verdaderos malos del a película. Antes de llegar a lo más alto, no tienes ni idea."
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