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Kareem Abdul-Jabbar y la inteligencia emocional de un niño de cinco años

  • Andres Alarcia
  • hace 2 horas
  • 2 Min. de lectura

En el libro Showtime de Jeff Pearlman, narran las situaciones insólitas que vivía la estrella NBA producto de su mal manejo emocional. Los lakers presumían de ser un equipo con clase, conectado con los aficionados y, sobre todo, profesionales. KAJ no era nada de eso.

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Foto Kareem Abdul Jabbar NBA Lakers


Así lo narran:

"El 29 de septiembre de 1984, Abdul-Jabbar estaba conduciendo su Mercedes Benz 500 SEC negro por una callejuela entre Junior´s Deli y Midvale Avenue cuando chocó con una bicicleta Motobecane de 10 velocidades. El conductor, un colaborador de una revista de televisión de 32 años llamado Andy Meisler, acabó empotrado contra la capota del coche, con una herida en la pierna.


"De repente, se baja un tipo enorme-recuerda Meisler- con un cabreo de narices. Me eché unos metros atrás y le dije: "Vale, vale, es culpa mía...yo me encargo de los gastos, no hay problema"


Ahora bien, cuando recibió la estimación (500 USD), Meisler se lo pensó dos veces, así que Abdul-Jabbar tuvo que demandar a un hombre que ganaba aproximadamente una centésima parte de su salario. El juez le acabó dando la razón y le tuvieron que pagar 571,67 USD, pero el daño ya estaba hecho. La gente de la calle reaccionó a la noticia con estupor:


¿Qué clase de millonario lleva a juicio a un ciclista por poco más de 500 USD? "Solo porque vaya en bicicleta no es motivo para atropellarlo-afirmó Barbara Pond, la agente de seguros de Meisler-. Es increíble que le quiera sacar hasta el último centavo"


Pero así ea Abdul-Jabbar. Aunque colaboraba en distintas causas benéficas, leía con fruición y era, junto con Nevitt, el más inteligente de los Lakers, tenía la capacidad emocional de un niño de cinco años.


Justo mienrras estaba de pleitos con Meisler, Abdul-Jabbar y su novia, Cheryl Postino, alquilaron una casa en Brentwood, propiedad de una mujer llamada Barbara Bergen. Pagaban 3.800 USD al mes por quedarse con la casa donde Bergen, divorciada, había criado a sus dos hijos.


"Tenía 914 mts2 y, una vez mis hijos se fueron de casa, no me hacía falta tanto espacio-recuerda-. La destrozaron. Hacían fiestas y dejaban que sus amigos aparcaran en mi jardín. Cambiaron el baño principal, pintaron las paredes, reformaron el estudio". Cuando Bergen les llamó la atención, la pareja las mandó a paseo, así que tuvo que denunciarlos. y pedirles 20 mil USD.


Lo que más sorprendió fue que John Gaims, abogado de Abdul-Jabbar, la presentara como una pesetera.


"Estamos ante un caso muy habitual-explicó Gaims al juez-. La casera se dedica a hacerle sus propias reformas a lo grande y luego intenta cobrarles los gastos al inquilino, culpandole de cualquier daño causado"


Las dos partes llegaron a un acuerdo, pero Bergen nunca consiguió entender la postura de Abdul-Jabbar. "¿Qué clase de persona destroza la casa de otro y no se hace responsable de las consecuencias?" -se pregunta- ¿Qué se puede esperar de alguien así?.


Todos estos líos judiciales volvieron a poner en tela de juicio la estatura moral de Abdul-Jabbar y es inevitable preguntarse-en perspectiva- si merecía la pena arruinar su reputación de esa manera. "

 
 
 

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