En su libro Lamar Odom, memorias, el nuyorkino reveló cómo se sintió al ser moneda de cambio por el base más codiciado en ese momento de la NBA. "Esto es un negocio, no hay lealtad" manifestó el ex Clippers.
Foto Lamar Odom Lakers NBA
Así lo narró:
-"Agárrate están intentando cerrar un intercambio: tú por Shaq
Shaquille O´Neal, nada menos que el pivot más codiciado de la NBA...Os lo decía: se trataba de algo gordo. Me quedé tan a cuadros como herido. Pat Riley me había confesado que estaba absolutamente encantado con mi aportación y que contaba conmigo a largo plazo, pero maldita sea... querían a Shaq. Yo sabia que Riley llevaba años suspirando por Shaq. No había entrenador ni director deportivo en toda la NBA que no quisiera echarle un lazo. Era la pieza definitiva con que todos soñaban para aspirar a ganar el titulo, de manera que no podía molestarme tanto. De haber podido, yo también me hubiese cambiado por Sahq
La propouesta de intercambio de jugadores consistía en Shaquille O´Neal por Caron Butler, Brian Grant, yo mismo y una elección de primera ronda del draft.
Riley llevaría semanas trabajando en aquella maniobra a mis espaldas. Mientras volaba a Nueva York, se había corrido el bulo entre los medios de que el intercambio ya estaba listo. De ahí Jeff me estuviera llamando. Mi contrato incluida una clausula que estipulaba que, en caso de ser traspasado durante mi primera temporada en Miami, tenia derecho a una compensación del quince por ciento del sueldo.
Las palabras de Jeff me llegaron a través de una bruma de estupefacción. Tuvo que repetírmelo varias veces para que lo asimilara. Me puse a revisar frenéticamente la temporada en mi cabeza, preguntándome que hubiera podido salir mejor. Sobre todo pensé en mi incipiente relación con Riley, uno de mis héroes. Estaba convencido de que me quería. Me sentí rechazado o peor, me sentí traicionado.
Si lo jugadores de baloncesto no se cansan de repetir lo de "esto es un negocio", es debido, precisamente a situaciones como esta. Es la pura verdad. La lealtad no existe. Y quien se convenza de lo contrario, terminara pringando...exactamente como me paso a mi.
Los Lakers no iban a deshacerse de Shaq sin obtener a cambio lo que querían. La clave del trueque era yo. "
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