En su libro Burrito, Ariel Ortega, detalló su fichaje por el Dragón. En lo que seria su tercer equipo en el mundo del ascenso tras Independiente Rivadavia de Mendoza y All Boys.
Foto Ariel Ortega Defensores de Belgrano
Así narró Ariel Ortega el fichaje:
"A esa altura ya era un ex jugador retirado no oficial. Por eso, los amigos de Defensores de Belgrano me invitaron a participar de unas practicas, para ver si me enganchaba y les daba una mano jugando el Torneo de la B Metropolitana. Como no quería dejar de jugar, me sumé al equipo y empecé a entrenar con ellos.
Jugué un par de partidos, pero la cosa se puso un poco tensa porque muchos hinchas de Defensores se creían que yo era el Ortega de mis inicios en River, así que empezaron a putearme porque no corría o no me ponía como habitualmente se hace en esa categoría. El presidente Carlos Achile, un tipo muy honesto y respetuoso, me dijo que hiciera las cosas que me causaran felicidad y placer. Además, la cancha me quedaba a cuatro cuadras de mi casa, así que ir no me costaba nada.
Era una buena manera de no retirarme del todo y poder hacer el duelo en paz. Y ese no es un tema menor, porque uno está acostumbrado a vivir con el ritmo de las concentraciones, el vestuario, los compañeros, el olor a césped, y todo ese mundo que rodea al futbolista a lo largo de su carrera deportiva. Todo ese mundo son las vivencias que quedan guardadas en lo más profundo del alma y son los recuerdos más lindos que te deja el fútbol".
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