El día que Ortega bailó a Mac Allister en un Boca-River del 1994 y lo dejó afuera del Mundial USA
- Andres Alarcia
- 28 abr 2022
- 2 Min. de lectura
En su biografía "Burrito", Ariel Ortega, detalla el día que volvió loco al Colorado Mac Allister, que no lo pudo parar, en toda la tarde del Boca-River en la Bombonera.

Foto Ariel Ortega River Plate y Carlos Mac Allister Boca Juniors.
Así narró Ariel Ortega, sus gambetas frente a Mac Allister:
"Porque, a pesar de haber perdido , todo el tiempo que me tocó jugar volví locos a Mac Allister, Moya, Fabbri y el resto de la defensa xeneize.
Y la vida siempre te da una revancha: ese año, de vuelta nos tocó ir a la Bombonera, y además de derrotarlos tras ocho años de sequía, ganamos de visitante, con un baile bárbaro de los pibes de River.
Creo que ese día me salieron absolutamente todas. Mac Allister no me pudo parar en toda la tarde. La prueba estuvo en que, además de la victoria tan esperada, hice un golazo con zapatazo desde fuera del área, cruzado al ángulo del Mono Navarro Montoya en el arco del riachuelo.
Dos bandejas repletas de hinchas de River gritaron más fuerte que nunca ese gol. Había demasiado grito contenido en mí y en sus gargantas, y esta vez no se nos iba a escapar.
River siguió manejando el partido y por fin llegó el segundo y último gol de la tarde. Una jugada en la que desbordé y le tiré el centro a Crespo, para que hiciera uno de sus típicos goles, con toda la gente esperando el gol que le pusiera el candado al partido y a una victoria que se demoró ocho años.

Foto Ariel Ortega River Plate
Ese es el recuerdo más lindo que tengo como jugador de River, y el hincha me lo recuerda cada vez que me ve. Al fanático le quedan marcados esos partidos y esos goles. Los clásicos quedan grabados para toda la vida. Para el hincha de River, los goles que haces en la cancha de Boca no se olvidan jamás. Y a mi eso me marcó mucho.
Creo que a partir de ese momento el hincha de River empezó a amarme. Ahí sentí por primera vez lo que es su amor incondicional. Ese que da todo sin esperar más nada que buen juego y goles. Yo siempre sentí que a partir de ese partido me demostraron un amor increíble, que perdura hasta el día de hoy.
Ese partido me marcó para siempre, porque ganar en la cancha de Boca después de tanto tiempo sin ganarle, con todos los hinchas visitantes, fue increíble. Creo que es uno de los recuerdos más lindos que tengo. Si me preguntaran cuál fue el clásico que más recuerdo y pude disfrutar, fue ese: mi primera victoria y mi primer gol en cancha de Boca".
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