Cuando Los Ángeles Lakers contrataron un detective para seguir la conducta de un jugador

Si bien uno imagina que estas situaciones suceden en las películas, donde se tiende a exagerar las decisiones de las directivas, según el libro Showtime e Jeff Pearlman, el cuadro amarillo se hartó de un jugador y lo empezaron a estudiar paso a paso.

Foto Nixon Lakers NBA

Así lo narran:

"Para el General Manager, Nixon siempre había sido un jugador prescindible: con talento, de aceurdo, pero demasiado engreído y egoísta.

Cuando jugaba bien, y ayudaba a la franquicia a ganar, estos defectos se podían tolerar. Sin embargo, ahora Nixon pasaba ´por su peor momento en la liga. Promediaba 15,1 puntos por partido con un porcentaje de 47,5%, el más bajo de toda su carrera. También había bajado su media de asistencias y de robos. Lo más importante parecía haber perdido su arrolladora confianza en sí mismo. Nixon vnía todo el año arrastrando problemas en la rodilla y siempre achacaba al dolor todos sus problemas.

West no lo tnía tan claro. Desde que llegara a los Lakers, corría el rumor de que Nixon consumía cocaína con demasiada frecuencia. No era una idea disparatada. Al fin y al cabo. Nixon era uno de los grande fiesteros de la NBA, un hombre cuyas andanzas en la noche angelina y cuyas conquistas sexuales eran la comidilla del vestuario.

La vida nocturna

West era bastabnte tolerante con la vida nocturna de sus jugadores. Conocido mujeriego durante sus días de jugador, sabía que los jugadores de los Lakers bebían, que fumaban y que se acostaban con las groupies. Así era la vida en la NBA. Sin embargo, la cocaína era más que una droga. Te chupaba la energpia, te apartaba de tus objetivos, acababa con tu carrera. De ahí, el general manager de la franquicia más conocida del mundo del baloncesto diera un paso que acabaría rematando su ya tóxica relación con Nixon.

En una combinación de pragmatismo y paranoia, West contrató a una agencia de detectives privados para seguir a Nixon y hacer un infomre detallado de su compartamiento. Aquello parecía sacado de una serie cutre de televisión.

Nunca en la historia de la franquicia se había hecho algo así. Durante la segunda parte de la temporada, a Nixon lo siguieron en un coche, lo vigilaron en casa y rastrearon cada uno de sus movimientos sin que jamás