Cómo fue la Presentación de la Trilogía literaria de Ángel Labruna en el Amadeo Nuccetelli
- Andres Alarcia
- 8 ago 2022
- 9 Min. de lectura
En el marco de la Presentación de la Trilogia literaria de Ángel Labruna en el Centro de Alto Rendimiento del Club Talleres, hubo presencia de ex jugadores que fueron dirigidos por el jugador-entrenador-personaje, como Humberto Bravo, Héctor Ártico, y el Presidente de la institución albiazul Andrés Fassi como así el propio autor de los libros Diego Borinsky.

Foto Presentación Trilogía Ángel Labruna, Club Talleres
En primer lugar, se habló acerca de cómo era Ángel Labruna como jugador-entrenador-personaje, con una anécdota de Andrés Fassi y sus épocas juveniles cuando iba a los hoteles en busca de obtener la experiencia que clubes como River Plate permitían en su llegada a Córdoba. En la misma, se nota el carisma y la empatía que generaba Labruna. Quién también, tuvo un paso boom por Talleres de Córdoba.
En segundo lugar, fue parte de los ex jugadores de la época y cercanos a Labruna Padre: El Padre Coleoni, quién fue parte del Buffet en Talleres de La Boutique durante 13 años, y conocía como su palma de la mano a Labruna. Después, fue parte de Héctor Ártico, Nene Comisso, Humberto Bravo, por mencionar tres que aportaron su experiencia. Y, es importante resaltar, a Diego Borinsky, quién tuvo el protagónico y fue compartiendo la charla en la sala de conferencias del Alto Rendimiento del Club Talleres.
Finalmente, se explicó cómo eran sus charlas técnicas y las infinidades de anécdotas relacionadas al deporte. Caballos, cigarrillos, Poker, entre otras aventuras que se pueden saber mediante la trilogía del libro de Diego Borinky.
Todo empezó…
La Presentación del la trilogía de la vida de Ángel Labruna, fue presentada en el Centro de Alto Rendimiento Amadeo Nuccetelli de Talleres de Córdoba. Allí, había muchos ex jugadores como Humberto Bravo, Héctor Ártico, por mencionar dos y hasta se hizo un espacio para recordar al ex entrenador de la “T”, el actual Presidente de la institución albiazul Andrés Fassi. Obviamente, marcó presencia el autor de los tres libros y de gran experiencia en medios como El Gráfico Diego Borinsky.
Andrés Fassi, fue quién comenzó hablando frente a todos ex jugadores en un ambiente muy agradable y familiar según la visión de quién escribe. Remarcó qué fue un día muy especial para él porque hace unos años Diego Borinsky le había comentado de esta idea, de plasmarla en un libro. Y, Ángel Labruna, tuvo una importancia significativa en la historia de Talleres en palabras de la autoridad actual de la “T”.Y, que en el escrito se puede ver todos los personajes que lo acompañaron como jugador y como técnico, que estuvo 18 años sin ser campeón en River, lo que hoy sería una locura. También, que se puede visualizar al jugador, luego al entrenador y después al personaje. Allí, se vio la impronta y el ingenio de Diego Borinsky según Fassi. Incluso, marcó la gran tarea ejercida por el ex El Gráfico, que fue el encargado de haber juntado tantos protagonistas de la época como así que fue una manera de eternizar lo sucedido en la historia reciente del fútbol.
Y, este trabajo, significó un trabajo con mucha pasión, y mostrar un legado para las próximas generaciones subrayó Andrés Fassi. Por último, lo felicitó a Borinsky por ser una tarea de tantos años, tantas horas detrás de cada libro. Y, que fue importante darle el espacio correspondiente en Córdoba, precisamente en Talleres.
Luego, siguió hablando el autor de la trilogía: Fue algo que pensaron junto a la Fundación Proyecto Ángel Labruna, donde como técnico era más accesible. Agregó que AL no solamente perteneció a River Plate, sino que hizo camino por Platense, Rosario Central pero su verdadero boom fue en Talleres de Córdoba.
En la “T” estuvo en un momento histórico. Estaban Angelito, Pedernera, Saporiti y Diego que estuvo muy contento de estar acá. Después, Borinsky mostró un peine de color albiazul, un recibo de sueldo de la institución cordobesa. Tras esta intervención, habló Fassi diciendo que era arquero, y que de muy chico él iba a los hoteles para hablar con los jugadores de ese entonces, de River Plate. Sumó, que le decían Tenazas en su época de jugador.AF dijo que cuando venia River el iba a charlar con Bonini, a quién destacó como una excelente persona. La anécdota que contó fue de que alrededor de la 1.30 hs de la mañana él seguía en el hotel esperando por los jugadores o entrenadores para poder aprender de ellos, cómo expresó. En determinado momento, Bonini le permite entrar al hotel, a la concentración digamos, donde estaba el plantel superior de ese River Plate.
Luego, suben al ascensor, tercer piso especificó, y van puerta a puerta mostrándole qué hacían los jugadores. Hasta que abren una puerta y se sentía un olor a cigarrillo por todos lados. Había tres jugadores jugando al póker, allí el PF los reta y les advierte que mañana debían jugar un partido importante contra Talleres. De repente, chequea un armario en busca de más jugadores en infracción, pero la situación se torno sorpresiva. ¿Quién estaba en el interior del armario? Impensado, hasta el PF del CT de River Plate, Ángel Labruna. Quién era el técnico de ese momento. Eso generaba un vínculo especial, y por eso, los jugadores se iban a matar por el entrenador. Otro momento, que dijo Fassi fue que Labruna le dio a conocer que “el torneo se empezaba antes de la fecha 1”, que con el paso del tiempo iba a tomar real dimesion de la frase. ¿Por qué? Labruna atribuía que un club dependía del 70% de la elección de los jugadores, y que Ángel tenia un gran olfato para darse cuenta cuando eran buenos. Y, que les robó a Pablito Comelles, que estaba en Talleres siguió el Presidente.
Borinsky, explicó también que en un Nacioal contra Racing, gol de Ártico, que Talleres llevó 20 mil personas .Y, otra vez, AF contó qué él no se perdía ningún partido de Talleres.La anécdota sigue con que su mamá no lo dejaba ir, pero no le hizo caso y fue igual con un grupo de amigos. En ese momento, era la única forma de acceder a Buenos Aires. Y, dicho partido, marcó la credibilidad de Talleres afuera de Córdoba. César Menotti citó a siete jugadores a la Selección. Y, llegaron nueve, a la Selección Local. O sea, fue un evidente crecimiento.
Acotó Borinsky que en el Nacional 69 Talleres salió 18 y después 11.En el otro año, de dos grupos de zonas 10 salió octavo, no era un buen momento. Mientras que en el 74, en dos zonas de ocho salió primero ya que Boca y River no tenían mucho. Y Talleres La Boutique. Y, que estaba con Instituto y Belgrano en una difícil Liga Cordobesa. Posteriormente, llegó el Ferro de Griguol y donde aterrizo en la Semifinal con Saporiti en el 77-78. En su libro oficial “Yo soy el Diego de la gente”, Maradona contó que veía cordobeses por todos lados. Lo cual marcaba, lógicamente, un crecimiento.
Fue turno del Padre del Sapito Coleoni, quién trabajaba en La Boutique, en el Buffet durante 13 años. Allí, dio a conocer que le consultó a Labruna sobre cómo hacer un gran equipo. A lo que Ángel respondió que solamente, se necesita plata y un buen equipo. Qué Independiente en el 77 tenía un equipo muy bueno, y eso quería de Talleres. Luego, apareció, que Valencia era un gran jugador del mundo y la historia del fútbol. Según Labruna, era un gran jugador que jugaba sin la pelota, y pensaba en los otros ya sin la pelota.
Tras esa información revelada, dijo que él era un hombre de campo y remarcó que gracias a El Gráfico, aprendió a leer. Se hizo hincha de River por Labura, a quién consideraba un ídolo maravilloso. Y, cuando le tocó tenerlo de cerca, se dio cuenta que era una gran persona. Salió corriendo como un chiquilín y muy amigo de Amadeo. Y, personalmente era muy sencillo, modesto y muy dado con la gente. Como así, muy dulcero, que conversaba con todos. Muy agradable y simpático, según su definición. Hasta se acordó que fue actor, donde salió en los cinco grandes del humor.
Otro momento que se dio, fue que Labruna fue el creativo por quién a Boca le empezaron a decir bosteros. Cuenta la leyenda, que fue en un Boca-River, que el propio entrenador salió tapándose la nariz por el olor que había en el estadio.
Tras bajar del escenario el papá de Coleoni, entraron en escena Héctor Ártico y Humberto Bravo, conocido popularmente como El Tigre.
En un dialogo extenso, Bravo contó su historia profesional. Que en Independiente no lo querían, por lo que jugó apenas 10,15 minutos y se fue como parte de pago a Quilmes. Recordó a Marino, que lo limpió y nunca más jugó. Y, por medio de su cuñado, le consiguieron pruebas en los clubes de Córdoba: Belgrano, Instituto no lo aceptaron mientras que Racing si, por un sueldo de algo así, de 15 mil pesos. Por lo que se volvió a Buenos Aires.
Pero, ahí entra en juego Talleres, donde su cuñado insiste que se pruebe en el club. Él ya conocía a todos los jugadores del plantel. Y, la virtudes Labruna, es que conocía absolutamente todo sobre el fútbol. Luego, sube al vestuario y lo ve el maestro cambiando. En esa situación le preguntó Labruna si alguien había hablado con él y Bravo dijo que no, nadie. Y AL le respondió que le iba a conseguir un buen club, ya que era un buen jugador, pero ya tenía todo el plantel completo. En consecuencia, se cruza con su cuñado a quién le cuenta lo sucedido y éste putea a medio mundo. ¿Qué sigue? Bravo se cruza con Paco Cabases, quién era una persona que se acordaba de todo. Con la acción de Paco, obtuvo la prueba en un torneo en las Pías. Allí, hizo dos goles y Labruna le contó que si se podía quedar hasta el domingo y jugar La Liga Cordobesa bajo otro apellido.
Según el Tigre, le asignaron el apellido Álvarez, la cuestión que bajo ese apellido, Bravo real, hizo siete goles. Tras este fenomenal desempeño, se agilizaron los tramites en la Liga Cordobesa, que cerraba a las 22 y a las 21 Labruna fue a la casa del quién firmó como Álvarez.
En Talleres, terminó con 140 goles y la final de Independiente. Todo una leyenda en el fútbol cordobés.
El tercer turno fue de Héctor Ártico, conocido como Gringo.
El Gringo, contó que Mario Kempes también firmó en Instituto con otro apellido. En un partido de 1974, Ártico en el primer tiempo fue con fuerza hacia un rival y Labruna lo sacó y lo mandó a bañar. Cuando él imaginaba que el panorama se veía feo, Labruna lo felicito y le expresó que quería que jugué asi y más fuerte.En ese Nacional les fue muy bien en palabras del ex River.
Labruna, era un técnico exigente, hacia amistosos contra River en Racing, con Boca, San Lorenzo y les ganaban a todos. Según el ex Talleres, eran como avispas que veían y atacaban. Incluso, también en la patadas si el fútbol se midiera en solamente esa situación.
Sumó que Aragón Cabrera, para negociar un contrato, era una persona sin bolsillos, sin botones. El Viejo, a quién los jugadores así llamaban, se caracterizaba por ser una persona que elegía bien los jugadores, era vivísimo. Y, como los grandes priorizaban la Copa, el rival a vencer era San Lorenzo. A quién siempre le ganaban.
Ángel decía que no permitía cagones, que a sus jugadores le exigía dar lo máximo. Y, avisaba que el Pato Fillol, era muy malo para salir. “El peor” tituló en la conferencia. En esa situación, comentó que Armani no ataja un penal nunca.

Foto Diego Borinsky, Club Talleres
Tema charlas técnicas.
Había jugadores que se quedaban hasta las 5-6 de la mañana con El Viejo, y que sus jugadores se levantaban, tomaban un café con una medialuna, para después responderle en la cancha, y había que correr mucho. Él era practico. Y, el Negro J.J., el Beto Alonso a quién caracterizó como fenómeno.
La frase típica de don Ángel era “a mover la conchita”. Para Bravo influyó mucho porque se quedó en Talleres finalmente. Y, le dio un secreto en su juego: Qué juegue mucho de espalda, para pasar a jugar mitad espalda, mitad para el costado para otro sector de la cancha. Remarcaba mucho jugar sin pelota.
Labruna trabajaba con mucho cariño, a quién se respetaba y estaba muy pendiente del cómo de los rivals. Es decir, si uno era derecho, zurdo o un cabezazo.
Momento de Emilio Nene Comisso.
Para él, Labruna fue todo en lo deportivo .Él lo pidió en Argentinos Juniors. Ya que, él tenía la virtud que te decía dos, tres cosas y si el que no cumplía, sabía que estaba afuera. El jugador estaba obligado, más que todo en lo individual, media para lo que lo quería.
Talleres ganaba todo pero a Racing en 1974 era muy difícil de ganarle. Es más, no había forma. En ese entonces, la Liga Cordobesa tenía un nivel muy muy bueno. Comisso era wing izquierdo, con una buena temporada.
Junto a Coleoni, gracias a Labruna, se subieron por primera vez a un avión. Y, casi lo pierden, cuando el destino era River Plate. En cuanto a sensaciones, tuvieron un miedo arriba del elemento de dos alas.
Comisso, tenía todo listo para encaminarse a Vélez, cuando tenía que ir a pelear que no se haga el guapo con Aragón Cabrera, quién era un directivo difícil de negociar, áspero diría. En ese momento exacto, Labruna fue quién lo retuvo y lo pidió para que se quede. En consecuencia, fue a arreglar para que no haya quilombo y pueda quedarse en el plantel de Ángel Labruna.
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